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domingo, 14 de diciembre de 2014

Si la pobreza es corrupcion elijamos los órganos de control

Autor: Hans Alejandro Gamboa Rengifo. 
Representante Legal: FJBC
Escribenos a: fundacionjaimebetancurcuartas@gmail.com

Después de finalizar las brigadas jurídicas por diferentes Barrios de la Capital y de otras regiones de Colombia,  llevando el conocimiento del Derecho a las comunidades más vulnerables, con el propósito de compartir las diferentes 

herramientas constitucionales para que ellos mismos,  restablezcan sus derechos,  nos dimos cuenta que si el sistema esta burocratizado,  por más que los ciudadanos reclamen sus derechos por vías legales la mayoría no logra este propósito.



La justicia como la educación, la salud, la seguridad, etc. Son Derechos garantizados por la Ley a cada uno de los ciudadanos,  pero también son deberes de  las instituciones públicas en su cumplimiento; Utilizando para lograrlo todos los recursos naturales y de impuestos al alcance del Estado.

En la actualidad ninguna de las instituciones públicas encargadas de entregar alguno de los 30 de derechos de los consagrados en la Declaración Universal de los Derechos humanos de 1948 cumplen al 100% con dicha función o de la forma en que el acuerdo multilateral así lo ordena.  
Si hablamos de salud uno de los 30 derechos,  esta estratificada y privatizada con poca cobertura y calidad. Si hablamos de seguridad es riesgosa  y utiliza gran parte del presupuesto ni que decir de la educación que sigue los mismos patrones de la salud y así con cada uno de los derechos o deberes públicos que hoy se pierden,  como falsas esperanzas.

Cuando pensábamos que tener un Presidente era imposible al ver a un Rey en su lugar y que la  quimera de un país donde todos trabajábamos por todos y que los frutos de esta tierra se repartirían entre todos,  no era un chiste ni una locura,  es el sueño de la democracia que hoy nos lleva a reflexionar sobre la eficiencia de dicho sistema y de la locura de seguir permitiendo que quien gana las elecciones,  también elige a quien va a vigilar su gestión que por lo demás es absurdo.
Los órganos de control vigilan los gastos, costos y la forma como los servidores públicos gastan nuestro dinero,  no es descabellado pensar que así como un día le entregamos el poder a un hombre en elecciones libres para que administre nuestros recursos también podamos elegir de la misma forma a quien lo ira a vigilar sumando una garantía más,  a la eficiencia de cada inversión,  maximizando los proyectos a largo plazo con amplia cobertura y calidad.

En la actualidad la mayoría de las obras públicas por nombrar un solo de muchos renglones de la economía,  son de baja calidad,  permitiendo nuevos contratos,  como los denominados de “mantenimiento” que permiten aumentar las ganancias de unos pocos en detrimento de muchos más que se dejarían de hacer,  si desde un principio estuvieran bien planeadas y ejecutadas.

Te invitamos a sumarte a esta iniciativa votando por ella,  comentándola, agregando tus ideas o mencionándola con tus amigos y familiares.


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